miércoles, 8 de octubre de 2008

Bueno, saludos a todos...


Bueno, saludos a todos. Caí en la cuenta de que hay personas que no conozco que leen lo que escribo y miran lo que posteo y lo aprecian aún sin conocerme, por lo menos hubo una que lo dijo. Así que me alegro que esto suceda. Espero poder seguir creando estos momentos tenues en la web.
Estamos atravesando zonas de turbulencia, donde las energías parecen dispararse para cualquier lado. Donde nos pasa de todo, mezclas de olvidos y memorias, presentimientos y situaciones, la debacle financiera prueba que el sistema no era el mejor, y que poseía fecha de vencimiento. Y ahora?, nos preguntamos todos. Y ahora qué pasa, eh?
Bueno, cuando nada pasa, o cuando todo pasa, es bueno...preguntarnos que es lo queremos que pase.
A veces nos agitamos y nos dejamos llevar de las narices por las brisas más tempestuosas, como frágiles mariposas, y a veces nos quedamos quietos como larvas, esperando la anhelada metamorfosis.
En verdad, vamos y venimos del repliegue a la apertura.
Me reencontré con Nuria Vadell, amiga y performer, y estamos preparando una presentación este sábado en Villa Pueyrredón. 
Aquí posteo el flyer.
Me encanta trabajar con ella. 
Nos juntamos y en dos días nuestros cerebritos paren una idea, y la hacen crecer como si fuera un ser.
De eso se trata de soñar algo y darle entidad en este mundo de entes borrosos.

jueves, 2 de octubre de 2008

Respiro


Dar un sentido sublime a toda vida aún la más prosaica o procaz. Manchada por heces e infortunio, transmutarla en oro y amor. Mi letra siente que es menester redimir de un destino aciago y pérfido la simiente palpitante, que está por emanar su fundamento. Y lanzo palabras recienvenidas para saludar la vida con una clase de respiro que corte de raíz el asma mental.
Pasa como con el ahogo causado por la inhalación de un humo negro que al principio era una nube, falaz visión, cielo equivocado. Y que luego ya no pudo ser exorcizado por la delicada aspiración de una rosa.
Pequeñas preces parecen prosas si logramos vencer el miedo de decirlas en presente, aún si no hay quien pueda oírlas.